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Mostrando las entradas de enero, 2018

Crónica de un provinciano. Parte 1 de cuatro.

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Antes de llegar a la Ciudad de México, soñaba con el simple hecho de vivir en una ciudad cosmopolita. Las calles largas, los edificios altos. Tantas cosas tan diferentes a lo que estaba acostumbrado. Antes de llegar a la Ciudad de México, tenía más de cuarenta amigos en Facebook viviendo aquí, platicando de manera diaria conmigo, estando en contacto. Antes de llegar a la Ciudad de México, tenía unas ganas enormes de residir aquí. Y bueno, en caso de que tú también estés viviendo lo que yo viví hace unos años, quisiera decirte sólo unas cuántas cosas antes de que te embarques a la aventura. No, no toda la gente que tienes en Facebook son tus amigos. Así que si te vienes a vivir acá, con la esperanza de tener un círculo social más grande, por tener a muchos conocidos aquí, creo que en nada te va a funcionar. Las personas tienen una ideología muy alejada de los valores morales y de familia, algo arraigado en la gente de provincia, de manera que, si estás ligeramente guapo, só

Noches de invierno.

Sentado en la acera, justo al lado de la calle. Viendo al cielo, sintiendo el frío. La luz arde en la farola, y las sombras no paran de acecharme.  Veo sin parar mi celular, como si esperara que escribieras Deseando que lo hicieras.  Y decirme que lo sientes, decirme que me amas.  Que aunque se que así me mientes, sería más fácil para mi. Busco en los mensajes archivados, aquellos de días pasados,  pistas, varias, aunque sea sólo una  que me hagan creer, emocionar que indiquen eso que con ansias quisiera confirmar.  Y me lleno la cabeza, de historias de papel que son lindas de escuchar, imposibles de alcanzar. Tan cansado de probar, tan cansado de fallar.  Tan cansado de saber, que lo que jamás podrá ser, es lo que justo quiero. Qué curioso es el amor, de que ves mi cara tan callada, sin el hecho de saber la tormenta que hay en mi interior.