Calla, imberbe, calla....
Caminando por las calles de mármol, al fondo de la última ponzoña irritante, proveniente del pedazo ruín y vil de lámina resplandeciente, vi a aquellos ojos dirigirse de faz en faz, buscando ávidos la conexión entre otros. Quebrantado el niño estaba, sucio de su bermuda rasgada, manchada con matices negros y rojos, los cuales contrastaban con la quemada piel del mozuelo. Fallido su contacto visual, prefirió acercarse a todas esas personas que deambulaban por dicho lugar, soberbias ante ellas mismas, buscando (de igual manera que el chico) las miradas envidiosas de los que las rodeaban, pues de envidia ellas también rebozaban.
Fallido en sus intentos, el sucio niño prefirió acurrucarse al lado del mar, recostando en el varandal partido y rasposo, recibiendo el incandescente resplandor de la bola de fuego, la cual inundaba furiosa sus rayos.
Entonces decidí acercarme, lenta y pausadamente, observando cada mínimo gesto en la cara lastimada de aquél muchacho. Tristeza, frustración y enojo irradiaba, llenando sus pequeños y obscuros ojos de agua salada; fuerte en su carácter era, pués aún cuando desbordaba en llanto, nunca dejó derramar ni una sola gota de dolorosa procedencia.
Mirando fijamente a mi persona, se acercó adelantó a nuestro encuentro, tomando la iniciativa en puro detrimento.
-una moneda, señor, una sola moneda al mar es lo que pido- inquirió.
Metiendo mi mano derecha a la bolsa de mi pantalón (en busca de la petición del niño) y despeinando con la izquierda su cabello cortante, le respondí con tono suave, secreteando mis palabras con él; procurando que lo dicho fuera un secreto del cuál los únicos enterados fuésemos nosotros.
- Quién soy yo para detener el tangible deseo de un niño por pedir lo que necesita?
Sonriente el niño, se alejó de mi presencia preparándose para su imprudente proeza. Cayó la moneda dorada en las profundas garras del mar, salpicando finamente el borde de piedra, dando la señal de salida a nuestro pequeño amigo. Infiltrándose en las verde-azules aguas, buscando su recompensa, intentando ganar su propio dinero, como todas las personas adultas, buscando (como nosotros) el pan que detenga el rugir de las entrañas, el dolor del alma, la sensación de vacio, el pensamiento que subyuga a intuir que la vida está llena de mounstruos salidos de las recónditas pesadillas de los pequeños.
"Como te ves me ví, pero, algún día, con esfuerzo , constancia y entrega, te verás como yo. Y ,después de eso, sigue más, muchísimo más..."
Fallido en sus intentos, el sucio niño prefirió acurrucarse al lado del mar, recostando en el varandal partido y rasposo, recibiendo el incandescente resplandor de la bola de fuego, la cual inundaba furiosa sus rayos.
Entonces decidí acercarme, lenta y pausadamente, observando cada mínimo gesto en la cara lastimada de aquél muchacho. Tristeza, frustración y enojo irradiaba, llenando sus pequeños y obscuros ojos de agua salada; fuerte en su carácter era, pués aún cuando desbordaba en llanto, nunca dejó derramar ni una sola gota de dolorosa procedencia.
Mirando fijamente a mi persona, se acercó adelantó a nuestro encuentro, tomando la iniciativa en puro detrimento.
-una moneda, señor, una sola moneda al mar es lo que pido- inquirió.
Metiendo mi mano derecha a la bolsa de mi pantalón (en busca de la petición del niño) y despeinando con la izquierda su cabello cortante, le respondí con tono suave, secreteando mis palabras con él; procurando que lo dicho fuera un secreto del cuál los únicos enterados fuésemos nosotros.
- Quién soy yo para detener el tangible deseo de un niño por pedir lo que necesita?
Sonriente el niño, se alejó de mi presencia preparándose para su imprudente proeza. Cayó la moneda dorada en las profundas garras del mar, salpicando finamente el borde de piedra, dando la señal de salida a nuestro pequeño amigo. Infiltrándose en las verde-azules aguas, buscando su recompensa, intentando ganar su propio dinero, como todas las personas adultas, buscando (como nosotros) el pan que detenga el rugir de las entrañas, el dolor del alma, la sensación de vacio, el pensamiento que subyuga a intuir que la vida está llena de mounstruos salidos de las recónditas pesadillas de los pequeños.
"Como te ves me ví, pero, algún día, con esfuerzo , constancia y entrega, te verás como yo. Y ,después de eso, sigue más, muchísimo más..."
Comentarios
Que tengas un lindo día Axl!
mmm por cierto, usas palabras bien fresonas para escribir, quien no te conozca va a pensar que en verdad eres culto perono te enojes ya sabes que te quiero un chingo jajajajaja nada mas es por chingar la mauser
suerte!!!